La etiqueta es una forma de comunicación que cultiva la confianza, a la vez que muestra respeto por uno mismo y por los demás. Desempeña un papel fundamental para crear conexiones positivas y sentirse cómodo en cualquier entorno. Ya sea en situaciones profesionales o sociales, los buenos modales ayudan a forjar relaciones significativas, adaptarse a diferentes entornos y mantener el aplomo. Al practicar buenos modales, nos desenvolvemos con gracia en la vida.
Cuando alguien experimenta la sensación de interactuar con una persona considerada de buenos modales, el cerebro libera oxitocina. Quienes liberan más oxitocina durante las interacciones sociales experimentan relaciones de mayor calidad en todo tipo: románticas, de amistad y familiares (Zak, JP, 2012).